Per cantare, con adeguata voce, la meravigliosa armonia di un violoncello...

Jules Breton Il gabbiano ferito

Conservato presso il Saint Louis Art Museum

Poema   5

 

Para que tú me oigas
mis palabras
se adelgazan a veces
como las huellas de las gaviotas en las playas.
Collar, cascabel ebrio
para tus manos suaves como las uvas.
Y las miro lejanas mis palabras.
Más que mías son tuyas.
Van trepando en mi viejo dolor como las yedras.
Ellas trepan así por las paredes húmedas.
Eres tú la culpable de este juego sangriento.
Ellas están huyendo de mi guarida oscura.
Todo lo llenas tú, todo lo llenas.
Antes que tú poblaron la soledad que ocupas,
y están acostumbradas más que tú a mi tristeza.
Ahora quiero que digan lo que quiero decirte
para que tú las oigas como quiero que me oigas.
El viento de la angustia aún las suele arrastrar.
Huracanes de sueños aún a veces las tumban
Escuchas otras voces en mi voz dolorida.
Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas.
Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme.
Sígueme, compañera, en esa ola de angustia.
Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras.
Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas.
Voy haciendo de todas un collar infinito
para tus blancas manos, suaves como las uvas.

Pablo Neruda

dalla Raccolta

Veinte poemas de amor y una canción desesperada

 Biblioteca Digital Ciudad Seva

Poema   5

Affinché tu mi ascolti
le mie parole
a volte si assottigliano
come le orme dei gabbiani sulle spiagge.
Collana, sonaglio ebbro
per le tue mani tenere come l'uva.
E le vedo le mie parole lontane.
Più che mie sono tue.
Vanno arrampicandosi al mio consunto dolore come edera.
Si arrampicano così lungo le pareti umide.
Tua è la colpa di guesto gioco crudele.
Fuggono dal mio rifugio oscuro.
Tutto lo riempi tu, tutto lo riempi.
Prima di te hanno popolato la solitudine che abiti,
e sono solite più di te alla mia tristezza.
Ora desidero che dicano ciò che desidero dirti
perché tu ascolti loro come voglio che ascolti me.
Il vento dell'angoscia ancora suole sospingerle.
Uragani di sogni ancora talvolta le atterrano.
Si ascoltano altre voci nella mia dolente.
Pianto di antiche bocche, sangue di consumate suppliche.
Amami, compagna, Non abbandonarmi. Seguimi.
Seguimi, compagna, su quest'onda di angoscia.
Ecco si colorano del tuo amore le mie parole.
Tutto ti prendi tu, tutto ti prendi.
Vado facendo di tutte una collana infinita
per le tue bianche mani, dolci come l'uva.

Traduzione   Red

 

 Johann S. Bach Suite per orchestra n°3 in re maggiore

Secondo movimento "Aria sulla quarta corda"

Misha Quint   violoncello

Svetlana Gorokovich   piano

llewcellist